Neblina atravesando los campos en Wiechs

Minúscula llovizna como adiós frío de Bad Feilnbach. Ni un gato errante ni alma viviente a esa hora temprana de la mañana. Adiós Feilnbach. Como una cinta cinematográfica, el verde comenzó a dar vueltas y los campos nos abrieron sus senderos húmedos. La bruma neblinosa envolvió los montes y persistió la llovizna. No quedó otra opción que ponernos nuestras capas y avanzar. Amainó cuando entramos a Wiechs, pequeño caserío o grande granja. No sé. A veces es difícil de separar el núcleo urbano de la granja. Wiechs tiene iglesia parroquial y renombre por sus animales. La iglesia tiene torre campanario de tres cuerpos con reloj y hermosa cúpula. Adentro no sabemos, generalmente están cerradas las iglesias a la hora que pasamos, afuera verde césped y jardinería esmerada. Rodamos con prudencia. El camino asfaltado brilla gris con la molesta lluvia. Avistamos una torre de iglesia en el infinito que no lo será dentro de una centena de vueltas de nuestras ruedas. Los árboles caídos muestran la violencia de una tormenta reciente, tan reciente que aún sangran los troncos y ramas diseminados por el campo. La Virgen, el Niño y Cristo velan en un recodo del camino. Las nubes como espuma invaden el valle. Del pueblo la torre y de las montañas, el contorno acuoso que las envuelve. ©cAc weg2011